domingo, 25 de octubre de 2015

IMAGINARSE LAS EMOCIONES



Introducción
La influencia que el entorno físico ejerce sobre nuestras emociones es muy grande, pero las situaciones que podemos vivir con el pensamiento también pueden tener la misma influencia. Las experiencias que hemos vivido en situaciones y entornos físicos concretos, las podemos revivir con el pensamiento y entonces se repiten las mismas sensaciones que tuvimos.
De esta manera, haremos un trabajo de imaginación, para huir de una situación incómo­da, o para controlar nuestras emociones.
Objetivos
- Ser capaces de identificar las emociones que las sensaciones físicas provocan en nosotros/as.
- Cuando nos encontramos bajo la influencia de emociones negativas, ser capaces de regenerar situaciones más cómodas, que nos produzcan emociones positivas.
Metodología
El profesor o profesora explicará los fundamentos básicos de las sensaciones: las que nos producen el hecho de mojarnos bajo la lluvia, o pasear bajo el sol cálido, etcétera.
Las personas expertas dicen que estas sensaciones las podemos repetir, vivir a través de los pensamientos y nosotros y nosotras también vamos a probar. Mientras leemos el texto, los alumnos y alumnas deberán identificar y recordar la emoción que están sintiendo.
Con todo el grupo
Cómodos y cómodas, sentados y sentadas, seguirán la lectura con atención, recordan­do las emociones que han sentido.
Lectura de un texto relacionado con estas emociones.
Al finalizar la lectura, cada cual escribirá las emociones que ha sentido en una tabla anexa, explicando con qué situación y qué sensación física las ha unido.
II.- Tabla
Escribe en esta tabla las emociones que han percibido al escuchar el texto, qué situación te ha empujado a sentir cada una de ellas y qué sensaciones físicas has tenido o sueles tener, al manifestar que has tenido ese sentimiento.
Al finalizar la lectura, cada cual escribirá las emociones que ha sentido en una tabla anexa, explicando con qué situación y qué sensación física las ha unido.
II.- Tabla

Escribe en esta tabla las emociones que han percibido al escuchar el texto, qué situación te ha empujado a sentir cada una de ellas y qué sensaciones físicas has tenido o sueles tener, al manifestar que has tenido ese sentimiento.

La dinámica se realizó el martes 13 de octubre en la sesión de las 9,15. Se leyó a los alumnos el siguiente texto:

Siéntate, ponte cómodo o cómoda...cierra los ojos...y deja libre tu cuerpo y tus pensamien­tos, para que vayan por el camino que describan mis palabras. Relaja los brazos, deja las piernas muertas, la mente en blanco...
Es sábado por la tarde, he estado trabajando toda la mañana y lo que me queda todavía. La semana que viene tendré exámenes y tengo el fin de semana repleto de trabajo. Aún no he acabado el libro de lenguaje, el profesor o la profesora de matemáticas nos ha dado a última hora un montón de ejercicios de los exámenes de los años anteriores, en historia tenemos que estudiar 18 páginas y ya se me han olvidado las primeras...
No lo he pensado bien, ¿por dónde empiezo?... vaya idolatría, tengo problemas hasta para tragar saliva... Aprieto las manos, endurezco los músculos abdominales, cierro los ojos y tomo aire profundamente, pero es en vano...Las lágrimas asoman por los ojos, pongo las manos en ellos y se me escapa un suspiro. No puedo seguir así... Me va a estallar la cabeza... Se me han acabado todas las neuronas.
En esta situación, lo único que voy a hacer es perder el tiempo, además, la próxima semana he quedado con mis amigos y amigas dos tardes, para terminar el trabajo de inglés...Tam­bién tengo entrenamientos otras dos, no voy a tener tiempo para estudiar...Quería aprove­char esta tarde y aquí ando, sin poder hacer nada... Cruzo los dedos y me esfuerzo para que estos pensamientos se borren de mi mente.
La última vez escuché lo siguiente al profesor o profesora; dejar la mente en blanco e inven­tarse una situación en la que se esté a gusto. ¡Este es el momento para sentarse tranquila­mente y hacer la prueba!
El año pasado sí que fue bueno... En el viaje que hicimos los compañeros y compañeras de la clase después de terminar los exámenes de junio... Recuerdo que la noche anterior no pequé ojo, esperando a juntarme con los amigos y amigas y coger el autobús... Todos y todas em­pezamos a hablar: “haremos esto, esto otro también, en la playa...” Por la noche estuvimos con los ojos bien abiertos, de charla sin descanso.
¡Vaya sitio! Llegamos con el sol de la tarde. Hacía un tiempo muy agradable...y se veía mu­cha gente alrededor, muchos jóvenes como nosotros y nosotras... Teníamos los ojos bien abiertos para verlo todo... Los oídos pendientes de escuchar algo... El mar estaba en calma y no emitía sonido alguno... Pero olor sí... el olor del mar era hermoso... Corría brisa y traía el frescor del mar... Qué agradable era sentir ese frescor, junto al calor del sol.
Por la mañana, sin embargo, las cosas se torcieron, la mañana amaneció con cielo triste... El sol se escondía entre las nubes y llovía... Salí al balcón en bañador y hacía frío... Se me puso piel de gallina en las piernas y los brazos... ¡Ahora sí! Llegaba a nuestros oídos el sonido de las olas del mar. ¡El mar sacaba espuma blanca de encima de las olas!... Las gaviotas comenzaron a gritar en el cielo, en tierra... A pesar de todo, mis amigos y amigas no querían quedarse sin probar el esquí acuático. A mí no me gustan mucho estas cosas de riesgo, pero si tenía ganas de intentarlo, ¿ahora qué? Es la primera vez que trato de esquiar. ¿Y si con esta mar caigo al agua? Y seguro que caigo.
Dicho y hecho, cuando estoy esquiando a toda velocidad, una ola me ha desequilibrado y me he quedado sobre una pierna. ¡Ahora me viene otra ola!... ¡y plas! Al agua. Se me ha soltado un esquí, pero el otro no y he ido bajo el agua. Me ha entrado agua por la nariz, ¡qué dolor ahí dentro! ¿Acaso nunca voy a salir de debajo del agua? No puedo respirar, ¡no veo nada!... Por fin estoy fuera. En cuanto abro los ojos, veo a mis amigos riéndose a mi cuenta. Ni se han dado cuenta del aprieto por el que he pasado.
He llegado reventado a la playa y en la arena me he caído boca abajo. Tengo la boca llena de arena. ¡Ahhg! La arena cruje en mi boca, no puedo quitármela ni echando saliva. Me duele la cabeza y el agua que he tragado no le ha sentado bien a mi estómago. Un compañero de clase me ha dado una botella de agua para refrescarme la boca, ¡qué rica el agua dulce! ¡Ahora al menos, tengo la boca limpia!
Lo de la noche sí que fue bonito, no esperaba que pudiera ser tan agradable. Me ha pregun­tado si me gusta esta música y hemos empezado a hablar... Me miraba a los ojos con ternura y aunque yo al principio no podía mantener su mirada...luego me he comido sus ojos negros...Tenía la voz clara y colorida y estaba de buen humor... Mientras le escuchaba, sentía que mi cuerpo temblaba... La cogí de la mano... la tenía muy caliente...y la piel muy suave. Nos fuimos acercando poco a poco, mirándonos a los ojos...y nos besamos. Qué dulces eran sus labios... tenían sabor a menta...sentí que mis piernas no tenían fuerza,...estaba en el cielo...
Ahora voy a mover las manos poco a poco, moveré también los brazos y las piernas, abriré los ojos y me levantaré, estoy tranquilo/a, renovado/a… voy recuperándome poco a poco.


Al finalizar la lectura, cada cual escribirá las emociones que ha sentido en una tabla anexa, explicando con qué situación y qué sensación física las ha unido.

Han tenido que explicar la emoción que han sentido, describiendo la situación que la ha provocado y qué sensación física les ha producido. En general, han identificado muy bien las emociones.



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